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Cultura

Cuáles son las Diferencias entre los Franceses y los Españoles

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Dicen que siempre hay algo de verdad en los estereotipos o clichés. ¿Cómo nos ven los españoles el resto del mundo? ¿Van los franceses siempre con una baguette bajo el brazo? ¿Es cierto que hay un choque de culturas cuando uno realiza una inmersión lingüística en otro país, aunque se trate de nuestros vecinos franceses? Realizar una estancia lingüística en Francia, en Montpellier, le aportará sin duda un insight o percepción más profunda de la cultura francesa. Es uno de los procesos más bonitos que todo viajero hace cuando se encuentra inmerso en una cultura extranjera. Acercándose a esa cultura distinta, en el proceso de descubrirla, se encontrará comparando de forma inconsciente los hábitos y estilos de vida de los franceses con los de los españoles. Además, su escuela de francés le propondrá actividades para realizar fuera de las aulas que le ayudarán a conocer a gente local, permitiéndole comprender mejor el carácter y las costumbres francesas. Divirtámonos viendo algunas de las grandes diferencias entre españoles y franceses…

Cuáles son las Diferencias entre los Franceses y los Españoles

Horarios y puntualidad

Los españoles somos mundialmente conocidos por ser incapaces de cenar antes de las 20:30h. Todo el mundo, desde nuestros vecinos portugueses, hasta los europeos islandeses y los neozelandeses, parece tener un ritmo diferente al español.

Los franceses siguen el ritmo europeo y cenan sobre las 19h – al menos no cenan a la hora de la merienda como los ingleses! Así que si usted viene a hacer una estancia lingüística en Francia y no quiere ir a contracorriente, sepa que aquí se come sobre las 13h y se cena a las 19h. Esas galletas con chocolate que solía comer a las 12 del mediodía, que para la mentalidad española es media mañana porque el almuerzo podía retrasarse hasta las 15h, aquí ya no son necesarias. Guárdeselas para antes de ir a dormir! Porque como se empieza a cenar a las 19h, si se acuesta tarde, a menudo sentirá la necesidad de volver a cenar antes de irse a dormir. Esas galletas pueden ser su salvación en esta nueva franja horaria.

La puntualidad en Francia está muy bien valorada. No está bien visto llegar tarde al trabajo, al médico, en clase o en una primera cita. Eso sí, entre amigos existen los “15 minutos de cortesía”, ese margen de espera en el que nadie se enfada ni mira frenéticamente al reloj. Y, entre los españoles? Bueno, cenamos tarde y llegamos tarde. Este podría ser nuestro eslogan. Quién no ha esperado a algún amigo más de media hora o ha sido uno mismo el “tardón”? Incluso en el sector laboral, quién no ha entrado sigilosamente al trabajo esperando que nadie se diera cuenta de sus minutos de retraso? O se ha excusado, atribuyendo su falta de puntualidad a averías en el tren, en el autobús o en el tranvía? Aparentemente los transportes públicos en España nunca funcionan bien de las 7 a las 9 de la mañana…

Carácter

El carácter español es bien conocido por ser abierto, alegre y extrovertido. Somos expansivos a la hora de comunicarnos, dicen que destilamos pasión en todo lo que hacemos. Esta apertura y entusiasmo a veces sorprende al extranjero que no sabe muy bien donde esconderse ante tales muestra de amistad. Sobre todo al extranjero que viene de países nórdicos o asiáticos, como los japoneses que saludan haciendo una ligera inclinación del torso o reverencia. El español se moriría si tuviera que hacer reverencias a conocidos y a extraños. Necesita del contacto físico: dos besos, un cálido apretón de manos o un abrazo. No sólo en el momento de saludarse, también en momentos de tensión en el trabajo o de gran alegría se canalizan a través del contacto físico. Este carácter alegre y despreocupado hace que seamos ruidosos, incluso en espacios públicos. Allí donde vaya, si hay una mesa donde hablan mucho más fuerte que las demás, serán españoles, … o italianos.

Durante su estancia lingüística comprobará que el carácter francés es más serio y discreto. Para un extranjero no es fácil conocer a un francés, saber qué piensa realmente, o cómo vive, cuáles son sus sueños o sus frustraciones. En Francia existe el dicho “cuesta entrar en la casa de un francés pero una vez ha entrado, sus puertas estarán abiertas para toda la vida”. Así que no se desespere. Puede que su primer contacto en Montpellier sea un poco áspero, no reciba grandes muestras de que lo estaban esperando, pero el esfuerzo vale la pena, ya que los Montpelliérains son serios y comprometidos en sus relaciones.

Otro tema es la famosa diplomacia francesa. Los franceses parece que hayan nacido con un máster en diplomacia bajo el brazo. En temas delicados le costará saber cuál es su verdadera opinión. Sus explicaciones a veces son evasivas o están adornadas para que la verdad no resulte clara o sea muy explícita. Por el contrario, los españoles suelen ser directos y francos en sus juicios y observaciones, a veces hasta pecan de impulsividad y lamentan no haber pensado dos veces aquello que acaban de decir.

La organización también se les da mejor a los franceses que a los españoles. Puede que la diplomacia y una cierta introversión en su carácter, les ayude a anticiparse ante posibles problemas y a planificarse mejor. Los españoles en general no son organizados. Eso sí, para compensarlo han desarrollado una gran capacidad de improvisación. Ante situaciones no previstas y graves, allí donde otros compatriotas europeos les temblarían las piernas y no sabrían cómo salir del paso, los españoles las afrontan con mucha naturalidad y espontaneidad. No tienen problemas en cambiar de objetivos o planes, quizá porque nunca planifican demasiado.

El inglés para franceses y españoles: la gran asignatura pendiente

Aquí franceses y españoles se encuentran sentados en el banquillo de los no aprobados. Por qué cuesta tanto a unos y a otros aprender inglés?

En España quizá sea debido a una insuficiencia de horas lectivas en inglés y a una muy poca conciencia a nivel político para establecer medidas que favorezcan un mayor aprendizaje de la lengua inglesa, aunque progresivamente parece que el ciudadano español, por su cuenta, va poniendo esfuerzos en aprenderla y hablarla mejor.

A los franceses, en cambio, puede que sea debido a un excesivo favoritismo hacia su propia lengua, no les gusta demasiado hablar en inglés. A veces da la sensación que muchos lo comprenden y se desenvuelven bien en conversaciones básicas de la vida cotidiana pero prefieren mantenerlas en francés aunque tengan que repetirlo 5 veces y gesticular para hacerse entender. Pero también es cierto que, como los españoles, los franceses se van abriendo a lenguas que no sean su propia lengua francesa.

Si usted viene a aprender francés en Francia, empezará a notar estas diferencias desde los primeros días de su estancia lingüística. Si uno mantiene la mente abierta y siente curiosidad por todo lo nuevo que le rodea, aprenderá esta nueva manera de comportarse y de ver el mundo que es seguro que le sacará más de una sonrisa.

 

Adriana, España (estudiante de ILA)